En primer lugar, se mostrarán las llamadas “gafas reversibles” que, mediante un ingenioso juego de prismas, permiten ver la realidad de manera invertida, es decir, tal y como lo que vemos llega a nuestra retina (boca abajo), ya que es nuestro cerebro el que vuelve a poner estas imágenes “del derecho” para que percibamos lo que nos rodea tal cual es. Diversos experimentos han demostrado que, tras llevar estas gafas un cierto tiempo, el cerebro corregiría la inversión que producen y volveríamos a ver la realidad en la dirección correcta.
A continuación, los asistentes podrán admirar una de las más famosas y desconcertantes ilusiones ópticas que existen: la cara cóncava y convexa de Einstein. Esta increíble cara hecha de plástico cobra relieve cuando vemos su parte hueca (cóncava) por un mecanismo del cerebro mediante el cual le otorga a una cara el relieve que piensa que debería tener.
Seguidamente, se enseñará un pseudoscopio, un artilugio que refleja la luz de tal manera que el ojo derecho ve lo que en condiciones normales vería el izquierdo y viceversa. De esta manera, el pseudoscopio crea ilusiones ópticas en las que la percepción de profundidad se invierte. El interior de una taza parece una protuberancia convexa. Los objetos situados delante de una pared parecen incrustados en ésta, etc.
Después, se podrá comprobar la ilusión óptica conocida como “Las mesas de Shepard”, en la que dos romboides que son exactamente iguales son percibidos por el cerebro como de diferentes tamaños debido al fenómeno mediante el cual percibimos las líneas verticales más largas que las horizontales (aunque midan lo mismo). En este caso, interpretamos los dos romboides en un espacio en tres dimensiones, olvidando que son superficies planas, y el primero nos parece así más largo que el segundo.
Continuando con las ilusiones, los asistentes podrán mirarse en el llamado “espejo verdadero”, un espejo en el que los lados respecto del eje central no están invertidos (tal y como sucede en todos los espejos), por lo que podemos vernos exactamente cómo los demás nos ven, ya que nuestra cara no es perfectamente simétrica respecto del centro. Además, cualquier frase o palabra escrita, puede leerse perfectamente en él.
También se podrá hacer uso del llamado hiperescopio, un dispositivo que, mediante un sistema de espejos, consigue incrementar la distancia de separación de nuestros ojos de manera que vemos como lo haría un antílope. Esto nos permite observar lo que nos rodea de una manera totalmente diferente, ya que se pueden apreciar hasta 3 veces más cambios en la profundidad que con nuestra vista natural, admirando proporciones descabelladas allá donde miremos.
A continuación, los asistentes quedarán totalmente sorprendidos por la ilusión de las tres barajas de cartas. Las dos barajas de la base están pegadas y son extremadamente ligeras, mientras que la de arriba se puede levantar por separado y es muy pesada. Cuando levantamos, inicialmente, las tres a la vez, pensamos que el peso total se distribuye por igual entre las tres barajas, por lo que, cuando levantamos a continuación, sólo la de arriba, nuestro cerebro espera que su peso sea un tercio del total anterior (del conjunto de las tres barajas). Así, al comprobar que la baraja de arriba sola es bastante más pesada que lo que esperábamos, a nuestro cerebro le da la sensación de que su peso es incluso mayor que el de las tres barajas a la vez, desafiando nuestro sentido común y quedándonos realmente desconcertados.
Además, los asistentes podrán admirar una luz mágica e inquieta que puede manejarse entre los dedos como si fuera un objeto tangible e introducirla en la pantalla de un Smartphone.
Por último, se mostrarán unas gafas cromáticas que permiten percibir imágenes bidimensionales en 3D, ya que generan profundidad en función de los colores. Así, por ejemplo, el color rojo parece acercarse y el azul alejarse, creando una increíble ilusión de tridimensionalidad